Esto hace que los bosques de hayas formen un tupido dosel que impide el paso de la lus hacia el suelo, por lo que el sotobosque de los hayedos constituye uno de los lugares más sombríos de los bosques europeos.
Como especies arbustivas que crecen en nuestros hayedos destacan el saúco (Sambucus nigra), el espino albar (Crataegus monogyna), el arándano (Vaccinum myrtillus) o la hiedra (Hedera helix).
Y en lo que respecta a especies herbáceas destaca la presencia de la anémona de bosque (Anemone nemorosa), la hierba del pordiosero (Clematis vitalba), el eléboro verde (Helleborus viridis), la campanilla (Campanula trachelium), la aguileña (Aquilegius vulgaris), la rubia peregrina (Rubia peregrina) o algunas orquídeas del género Cephalantherea (C. damasonnium, C. longifolia).
El hayedo es uno de los bosques más bonitos del mundo, constituyen un espectáculo de belleza admirable en todas les estaciones del año, destacando en el otoño donde los hayas adquieren una variedad de colores espectacular.
Patrick Mathew en el año 1831 describe muy bien la impresión que este árbol produce en la mayoría de la gente cuando afirma: "Combina magnificencia con belleza, siendo el Hércules y el Adonis de nuestros bosques".
En el Valle de Sabero los hayedos no ocupan una gran extensión (alrededor de 30 hectáreas), pero a pesar de ello podemos encontrar un gran número de hongos.
Especies más frecuentes de los hayedos:
Ascomycetes:
Aphyllophoromycetideae:
Craterellus cornucupioides |
Hydnum repandum |
Ramaria formosa |
Cortinariales:
Cortinarius bolaris |
Cortinarius cinnabarinus |
Hypholoma sublateritium |
Russulales:
Lactarius blennius |
Lactarius subdulcis |
Tricholomatales:
Hygrophorus eburneus |
Laccaria amethystina |
Clitocybe nebularis |
Marasmius alliaceus |
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