18 de diciembre de 2012

Mamíferos

   Los principales caracteres que identifican a un mamífero son la presencia de pelos y mamas, formaciones que ningún otro animal posee. Algo común también a todos ellos es su difícil observación, ya que son fundamentalmente de actividad crepuscular o nocturna y además bastante esquivos.
   A continuación voy a exponer las distintas especies de mamíferos que podemos observar en la Montaña Oriental Leonesa.
Ungulados:
   Son los mamíferos más grandes que podemos encontrar en nuestros montes. La característica más significativa común a todos ellos es la transformación evolutiva de sus pies en pezuñas, es decir, que los dedos se encuentran protegidos en vez de por expansiones almohadilladas por un recubrimiento endurecido que recibe el nombre de pezuña.
  • Jabalí (Sus scrofa):
Su aspecto es similar al del cerdo, aunque con el cuerpo cubierto de fuertes cerdas de color pardo oscuro. Los dientes caninos son de puntas agudas y ángulos cortantes, más patentes en los machos. Ocupa todo tipo de ecosistemas, incluyendo cultivos y cercanías de los núcleos de población. Es una especie preferentemente nocturna de alimentación omnívora, aunque predomina la materia vegetal de todo tipo. Produce daños al hozar con el hocico en busca de alimento.
  • Ciervo rojo (Cervus elaphus):
Conocido en nuestra tierra como venado, tiene un gran porte, de color castaño, con el vientre más claro y escudo anal blanco bordeado por dos líneas oscuras. Únicamente el macho posee unas poderosas cuernas. Ocupa las zonas de transición entre bosques y zonas de matorral o pastos. El período reproductor, conocido como berrea, concentra numerosos machos en zonas propicias para luchar por conseguir un buen harén de hembras. Su alimentación se basa tanto en el pastoreo cono en el ramoneo.
Berrea del venado:

  • Corzo (Capreolus capreolus):
Se trata de nuestro cérvido más pequeño, algo más grandes los machos que las hembras. Las patas traseras están adaptadas para el salto. Sólo el macho presenta una pequeña cuerna. Habita en zonas boscosas con abundante sustrato arbustivo y herbáceo. Puede ocupar cultivos. Consume gran cantidad de hojas y frutos de fresas, frambuesas, rosales, zarzas y majuelos. El celo tiene lugar entre julio y finales de agosto. El reclamo es similar a un ladrido ronco.
  • Rebeco (Rupicapra rupicapra):
Es un bóvido pequeño y esbelto con coloración más o menos uniforme, con la cabeza y la garganta claras y un antifaz oscuro en la cara. Los dos sexos tienen cuernos en forma de gancho. Vive en roquedos y en pastizales alpinos. En invierno desciende hasta zonas boscosas. Es diurno y crepuscular. La base de su alimentación son las plantas herbáceas.
  • Cabra montés (Capra pyrenaica):
Es de aspecto robusto y tamaño medio, con cornamenta en ambos sexos, aunque en los machos es de un tamaño exageradamente grande. El pelaje es pardo grisáceo con la parte anterior de las patas delanteras de color negro.
Vive en bosques y matorrales de montaña y en roquedos desnudos. No se encuentra amenazada porque sus áreas de distribución suelen ser zonas de caza controlada. Pastorea o ramonea según las condiciones del medio que ocupa en cada momento. El período de celo comienza entre finales del otoño y el principio del invierno.

Cánidos:
  • Zorro (Vulpes vulpes):
Cánido mediano de pelaje denso, con la cola muy poblada y el hocico alargado. La coloración suele ser pardo-rojiza, aunque puede haber ejemplares muy oscuros, casi negros. Ocupa todo tipo de medios, desde bosques hasta zonas abiertas, haciendo incursiones incluso en los pueblos. Es de costumbres crepusculares, y su alimentación va desde vertebrados del tamaño de un conejo hasta invertebrados y frutos. Cada vez más a menudo se alimenta de carroñas y basura orgánica en los vertederos.
  • Lobo (Canis lupus):
Tiene aspecto de perro grande, de complexión robusta. Coloración gris-pardo con las mejillas blancas y, en la subespecie ibérica, una línea oscura que recorre las patas delanteras y que a veces llega hasta el pecho. Viven en manadas compuestas por la pareja y sus crías de varios años, que delimitan su territorio mediante aullidos y marcas, como excrementos y orina. Son carnívoros que pueden consumir desde roedores hasta grandes herbívoros, tanto domésticos como silvestres, e incluso carroña y desechos humanos en vertederos incontrolados.

Aullido de lobo:


Úrsidos:
  • Oso pardo (Ursus actos):
Gran mamífero que alcanza los dos metros de longitud, de gran fortaleza, con la cabeza redondeada y hocico largo. Color pardo uniforme, aunque varía mucho entre unos ejemplares y otros.
Está en peligro de extinción, y actualmente está relegado a zonas de montaña poco alteradas con abundantes bosques de frondosas, roquedos y pastizales.
La mejor manera de detectarlo es por sus inconfundibles huellas, así como por las marcas que deja en árboles, postes u otras estructuras de madera. Pasa el invierno en cuevas o en otro tipo de encames, que pueden ser usados varios años.

Félidos:
  • Gato montés (Felis silvestris):

Se parece a un gato doméstico, aunque es más robusto y tiene la cola gruesa y con la punta negra. Vive en claros y bordes de bosques, sobre todo de frondosas. Es un animal en regresión, al que le afecta mucho la pérdida de hábitat y la contaminación genética por gatos cimarrones, con los que puede hibridarse. Es solitario y de hábitos crepusculares, con un gran sentido de la vista y del oído. Se alimenta principalmente de roedores.
Vivérridos:
  • Gineta (Genetta genetta):

Tiene aspecto de gato, con la cola larga y gruesa, de pelaje pardo amarillento, moteado de oscuro, que en la cola se prolonga en forma de anillos. Habita todo tipo de zonas boscosas y de matorral, aunque muestra cierta preferencia por los bosques de ribera y robledales. Trepa con gran facilidad, por lo que captura un gran número de aves, aunque su dieta varía mucho según la época del año. La base de su alimento son los micromamíferos. Es de hábitos nocturnos.

Mustélidos:
  • Tejón (Meles meles):
Es un mustélido muy ancho y de constitución fuerte, con el cuello corto. Sus patas son cortas y están dotadas de fuertes garras que usa para escarbar. La coloración de la cabeza es blanca y negra a franjas anchas, mientras que el resto del cuerpo es más o menos grisáceo, cubierto de fuertes cerdas. Vive sobre todo en bosques caducifolios, mezclados con pastos y zonas de matorral. Su alimentación es omnívora, hozando la tierra en busca de invertebrados y pequeños roedores. También excava para hacer sus madrigueras (tejoneras), que son fácilmente identificables, así como sus huellas.
  • Nutria paleártica (Lutra lutra):
Tiene el cuerpo típico de los mustélidos, con las patas cortas y sin cuello diferenciado. Las patas tienen los dedos unidos por membranas interdigitales, clara adaptación a sus costumbres natatorias. Coloración parda, algo más clara en la garganta y en el pecho. Vive en todo tipo de medios dulceacuícolas. Puede reproducirse a lo largo de todo el año, pero siempre en función de la disponibilidad de alimento y de refugio. Se alimenta casi exclusivamente de peces, aunque también consume un gran número de anfibios y algunas aves acuáticas.
  • Turón (Mustela putorius):
Es un mustélido de tamaño grande, de color marrón negruzco, más claro en los flancos. Tiene un típico antifaz blanco alrededor del hocico, ojos y orejas. No tiene preferencias en cuanto a hábitat, aunque suele frecuentar las riberas. Evita las zonas de matorral denso. Se alimenta de todo tipo de vertebrados, aunque destacan los roedores. Es de hábitos principalmente nocturnos.
  • Armiño (Mustela erminea):
Armiño en verano
Armiño en invierno
 Es un pequeño carnívoro de cuerpo alargado, patas cortas y cabeza aplanada. La cola es larga y siempre termina en un pincel negro. El pelaje es pardo rojizo, con el vientre blanco en verano, mientras que en invierno puede ser totalmente blanco, a excepción de la punta de la cola. Ocupa principalmente prados y sotos fluviales. Se alimenta casi exclusivamente de roedores, sobre todo topillos y ratas de agua.
  • Comadreja (Mustela nivalis):
Muy parecida al armiño, aunque la comadreja es más pequeña, tiene la cola muy corta y sin el pincel negro en la punta, y no adquiere la coloración blanca en invierno. Está presente en todo tipo de hábitats, con el único condicionante de la abundancia de roedores. Merodea incluso cerca de las casas. Se alimenta casi exclusivamente de roedores, como su congénere el armiño, por lo que desempeña un papel muy beneficioso para la agricultura.
  • Marta (Martes martes):
Cuerpo típico de mústelido, alargado, con las patas cortas y la cola larga. Color pardo oscuro con una mancha de color crema en la garganta. En verano la coloración es más clara en general. Habita en bosques, sobre todo de coníferas o mixtos. Es crepuscular y nocturna, y trepa por los árboles con mucha facilidad. Se alimenta de todo tipo de roedores y de aves que captura en las ramas de los árboles.
  • Garduña (Martes foina):
Es muy similar a la marta en cuanto a tamaño y color, con la diferencia de que la garduña presenta en el cuello una mancha de color blanco puro que se bifurca y se extiende hasta las patas delanteras. Es típica de zonas abiertas. Puede merodear cerca de los pueblos. Es generalista en cuanto a su alimentación, pudiendo capturar presas muy diversas. Son muy territoriales y viven en solitario hasta la época reproductora.
 Insectívoros:
   Este grupo engloba a erizos, topos y musarañas. Como su nombre indica, todas estas especies se alimentan principalmente de insectos, aunque su dieta también incluye a otros invertebrados, pequeños vertebrados, etc... Son animales de pequeño tamaño y hocico alargado, pero presentan peculiares formas corporales.
  • Erizo (Erinaceus europaeus):
Pequeño mamífero de cuerpo rechoncho recubierto de púas. Orejas y ojos bastante pequeños, y cola corta. Los dedos tienen uñas muy fuertes. Ocupa todo tipo de hábitats, desde bosques y prados, hasta llanuras e incluso las inmediaciones de los pueblos. Destruyen un gran número de invertebrados e incluso pequeños roedores. También se alimentan de bayas y frutos, sobre todo en otoño. Cuando se siente amenazado se enrosca formando una bola de púas prácticamente inexpugnable. Es de hábitos principalmente nocturnos.
  • Desmán Ibérico (Galemys pirenaicus):
Mamífero acuático con cuerpo como el de una rata y hocico alargado y cónico, a modo de pequeña trompa. Los ojos son muy pequeños y no tienen orejas aparentes. Entre los dedos de las patas traseras tiene membranas para facilitar el impulso en el agua. El cuerpo es de color castaño en el dorso y crema en las partes inferiores.
Vive en zonas con cursos de agua limpia y bien oxigenada, con abundante vegetación en las orillas.
Es principalmente nocturno. Se alimenta de invertebrados acuáticos que localiza escudriñando los fondos pedregosos con su trompa.
Se trata de un endemismo ibérico que  se distribuye principalmente por los sistemas montañosos de la mitad norte de la península, aunque también se encuentra en algunas zonas de la meseta.
  • Topo ibérico (Talpa occidentalis):
Tiene el cuerpo cilídrico, con el pelo negro brillante parecido al terciopelo y las patas anteriores en forma de pala con largas y fuertes uñas adecuadas para excavar bajo la tierra, donde pasa la mayor parte de su vida. Además como adaptación a sus hábitos subterráneos, presenta los ojos casi atrofiados. En la superficie de los terrenos donde vive, lo que sí se observa a menudo son las señales de su presencia, los típicos montículos de "tierra de topo" tan codiciada para las macetas. Consume una gran cantidad de insectos excavadores (entre 18 y 36 kg anuales cada individuo).
  • Musarañas:
Sorex coronatus
Podemos encontrar tres especies de musarañas en el Valle de Sabero: la musaraña tricolor (Sorex coronatus), la musaraña enana (Sorex minutus) y la musaraña gris (Crocidura russula). Las musarañas son los mamíferos más pequeños del mundo. Son parecidas a los ratones, se diferencian de ellos a simple vista por su hocico más afilado, ojillos reducidos como cabezas de alfiler y por su menor tamaño. Frecuentan hábitats bastante variados y a veces han sido observadas formando graciosas hileras de crías que siguen al adulto, cada una de las cuales agarra con la boca la cola de la que la precede.
Sorex minutus


Crocidura russula

Quirópteros:

Miniopterus schreibersii (Murciélago de cueva)
Los murciélagos son un grupo de mamíferos muy poco estudiados, debido a las dificultades que entraña su localización y estudio, así como su identificación, sobre todo por sus costumbres nocturnas y su vuelo rápido y silencioso. En el año 2002 Jesús Fernández realizó un estudio para la Junta de Castilla y León, en el que cifra en 24 ó 25 las especies de quirópteros presentes en Castilla y León, de las cuales en nuestra comarca están presentes 16 de ellas. Históricamente los murciélagos son un grupo de animales que no gazan de buena fama, pero son bastante beneficiosos para el ser humano. Un solo murciélago puede consumir más de 500 insectos en una hora, lo que arrojaría cifras de más de medio millón de insectos al año.
   Todas las especies de murciélagos están en peligro, y forman parte del catálogo de amenazas de interés especial.
Lagomorfos:
  • Liebre ibérica (Lepus granatensis):

Las liebres tienen las orejas largas y negruzcas en la punta. Habitan principalmente en espacios abiertos, aunque ocupa también brezales y otras zonas de matorral. Se alimentan por la noche, sobre todo de gramíneas, aunque ambién consumen frutos y plantas leñosas. Construyen camas en las que pasa el día oculta. En el Valle de Sabero es una especie en clara regresión, siendo mucho más abundante hace unos años.
Roedores:
   Los roedores son el grupo de mamíferos que más especies abarca. Una de sus principales características es el elevadísimo ritmo de reproducción que tienen.
  • Ardilla roja (Sciurus vulgaris):
Es un roedor de aspecto inconfundible, de tonos pardos o rojizos con blanco en el vientre, con el cuerpo esbelto y una gran cola peluda. Vive en todo tipo de bosques. Se alimenta de todo tipo de materias vegetales, principalmente de semillas.
  • Lirón careto (Eliomys quercinus):
Tiene un antifaz de pelo negro, el dorso rojizo y el vientre blanco, de aspecto inconfundible. La cola es larga y presenta un pincel de pelo negro y blanco en la punta. Es típico de cualquier tipo de medio forestal, aunque también puede encontrarse en zonas arbustivas y en pedregales. En su alimentación predominan materias animales sobre las de tipo vegetal, aunque es muy variada. En otoño inicia un periodo de hibernación.
  • Lirón gris (Glis glis):
Es un lirón robusto, con orejas visibles y cola larga densamente cubierta de pelo, de color gris o plateado. Las partes inferiores son blancuzcas. Vive en bosques caducifolios, sobre todo hayedos y robledales. Se alimenta de frutos y semillas, que tienen que ser muy energéticos. Es principalmente nocturno. A partir de noviembre entra en estado de hibernación.
  • Topillos:
Clethrionomys glareolus
Microtus agrestis
   En nuestro valle podemos encontrar cuatro especies de topillos: Clethrionomys glareolus, Microtus agrestis, Microtus arvalis y Microtus lusitanicus. Todos ellos tienen un aspecto semejante. Se parecen a los ratones pero con hocico redondeado, cola más corta que el cuerpo y orejas que no sobresalen del pelaje. Para diferenciar unos topillos de otros es preciso examinar detenidamente su dentición. Los topillos forman redes de sendas entre la hierba, pues se mueven sólo por ellas sin salirse. También construyen túneles por debajo de la superficie y producen montones de tierra muy parecidos a los de los topos. Son herbívoros y provocan graves daños en la agricultura. Se producen explosiones poblacionales cíclicas totalmente naturales, aunque en el medio rural se piense erróneamente en sueltas intencionadas por la Administración para la alimentación de varias especies de aves rapaces.

Microtus arvalis
Microtus lusitanica

  •  Ratas de agua:
Arvicola terrestris
Arvicola sapidus
 Las ratas de agua son muy parecidas a los topillos aunque con un mayor tamaño. Podemos diferenciar dos especies, Arvicola terrestris y Arvicola sapidus. Aunque por regla general viven en las proximidades del agua, no están conspicuamente adaptadas a la vida en ella. Se alimentan principalmente de tallos y hojas de la vegetación que crece a orillas de los cursos de agua. La A. sapidus depende más de estos ecosistemas fluviales, mientras que a la A. terrestris la podemos encontrar en zonas bastante alejadas del agua.
  • Múridos:
   Este grupo de animales incluye a las ratas (Rattus sp.) y a los ratones (Mus sp. y Apodemus sp.). Tienen la cola de mayor longitud que el cuerpo y unas orejas que sobresalen del pelaje. Son sin duda los menos agradables a los ojos de la gente, y es que su presencia abundante se debe a malas prácticas higiénicas o a acumulaciones de basura sin tratar.
   En la zona de estudio podemos encontrar dos especies de ratas, la rata negra (Rattus rattus) y la rata parda (Rattus norvegicus); y tres especies de ratones: el ratón leonado (Apodemus flavicollis), el ratón de campo (Apodemus sylvaticus) y el ratón casero (Mus domesticus).

Rattus norvegicus
Apodemus sylvaticus
Mus domesticus


Rattus rattus
Apodemus flavicollis






16 de diciembre de 2012

La Ferrería de San Blas

   Los primeros que se interesaron por las riquezas minerales de nuestra montaña fueron los romanos, que abrieron y explotaron minas de cobre en Argovejo, Riaño, Las Salas, Lois; de hierro en Corniero, Argovejo, Ferreras del Puerto, y posiblemente de mercurio en Lois, de oro en Riaño, y de plata en Sabero y Valdoré.
   Fueron, como digo, los primeros en aprovechar de forma planificada las riquezas minerales que nuestro subsuelo albergaba. Pero con la caída del Imperio Romano esta producción prácticamente cesó, siendo necesario esperar hasta principios del siglo XIX para redescubrir la riqueza minera de nuestras montañas y valles.


Sabero
   Los inicios de esta nueva actividad minera se remontan a 1828, cuando una industria británica realizó las primeras prospecciones mineras en la provincia, descubriéndose importantes yacimientos carboníferos y ferruginosos en torno al valle de Sabero. Iniciándose los primeros trabajos dos años más tarde y convirtiéndose de esta manera en los pioneros de la minería de la provincia de León. En el año 1841 se constituye la "Sociedad Palentina de Minas" cuyo objetivo es la explotación de las vetas de hierro y carbón de hulla situadas en torno al valle de Sabero. Las primeras concesiones se encuentran en Sabero, Sahelices y en Alejico.
   En el siguiente paso se planifica la instalación de una industria siderúrgica situada lo más cerca posible a las materias primas; iniciándose por lo tanto la construcción del primer complejo industrial de nuestra provincia que comienza a funcionar en 1843, año en el que se convierte en primer accionista de la sociedad Santiago Alonso Cordero, considerado uno de los hombres más ricos del país,  junto con su amigo Casiano de Prado, figura importante de la cultura española del siglo XIX; además en ese año se procede a cambiar el nombre de la empresa por el de "Sociedad Leonesa Palentina de Minas".

Interior de la Ferrería de San Blas
Hornos que había en "La Pulga"
   La maquinaria industrial con destino a la ferrería fue importada de Inglaterra, enormes piezas como el martillo pilón, las laminadoras, máquinas sopladoras etc. fueron desembarcadas en el puerto de Gijón y transportadas hasta Sabero en carros de bueyes, teniendo que atravesar la Cordillera Cantábrica por pésimos caminos carreteros, pues el actual puerto de Pontón y la comunicación a través del desfiladero de los Beyos no fue abierto hasta 1880, recorriendo de esta penosa forma los aproximadamente 200 Km de distancia.
   El complejo siderúrgico construido tuvo un conste superior a los 17 millones de reales y constaba de dos altos hornos, que recibían el viento de dos máquinas soplantes, accionadas por 12 calderas de vapor. Con una fundería de primera clase que constaba de cinco hornos (cuatro para fundir lingotes de hierro y uno para bronce); a corta distancia de la cual se levantó la gran nave de forja que contenía en su interior cuatro trenes de cilindros movidos por una máquina de vapor, alimentada por cuatro calderas, que también se encargaba de mover el martillo pilón y las tijeras con los que se elaboraban hierros redondos, cuadrados, llantas y pletinas de diversas medidas. Esta ferrería contó con el privilegio de ser la primera de nuestro país en emplear un novedoso sistema. El método empleado en toda Europa para avivar y calentar los altos hornos mediante carbón vegetal es sustituido en Sabero por una experiencia pionera, la instalación de unos hornos que funcionen a base de carbón de cok. Este tipo de carbón era fabricado en la misma ferrería a partir del carbón mineral extraído en los alrededores, y que al poseer un mayor poder calorífico que éste, se conseguían unas temperaturas más elevadas en los hornos.

Edificio de calderas

Parte de atrás del edificio de calderas
   El complejo industrial constaba también con un gran alfar para la elaboración de ladrillos refractarios, utilizados para la construcción de las diferentes instalaciones y comercializados posteriormente. Así mismo se producían diversos productos químicos como ácido sulfúrico, caparrosa, blanco de españa y otros; también estaban los hornos dedicados a la fabricación del carbón de cok empleado en las necesidades de la misma fundería y comercializado al exterior. Todas estas instalaciones se encontraban rodeadas por un alto muro de ladrillo, fuera del cual se construyeron la casona de dirección y oficinas, las casas de los obreros y otras instalaciones como cuadras, graneros, almacenes, etc.

La casona de la dirección
   En un principio los procesos de fabricación fueron deficientes; una pésima planificación de las explotaciones de mineral hacia que una misma veta fuese atacada hasta por 40 sitios diferentes; la fundición obtenida era de mala calidad, se resquebrajaba por los bordes debido posiblemente a las impurezas contenidas en el mineral empleado y por la mala calidad del cok. Pero todas estas deficiencias y otras se fueron subsanando con el paso del tiempo consiguiendo al cabo de los años una producción de buena calidad.
   El hierro fabricado se vendía a pie de fabrica a un precio de entre 70 y 110 reales el quintal según se tratase de hierro grueso o de clases superiores atendiendo a su calidad.
   Los yacimientos de hierro más importantes de los que se abasteció la ferrería estaban localizados en Yugueros, Alejico, Sahelices, Valdoré y Argovejo, realizando su transporte en carros del país que cargaban hasta 500 gg por pésimos caminos y en ocasiones desde distancias considerables. El hierro fabricado debía ser transportado también en carros de bueyes hasta las estaciones de ferrocarril más cercanas, las situadas en Sahagún, Santas Martas y Palanquinos, cuyo penoso transporte no hacia sino encarecer el producto, pues como ya he comentado anteriormente, también producían con vistas a su comercialización carbón de cok, ladrillos refractarios y diversos productos químicos.

Ferrería en el siglo XX
Restos de los altos hornos
   En los mejores momentos de la fundición, un solo alto horno llegó a producir de forma ininterrumpida 1.300 toneladas en un año.
   La ferrería dejó de funcionar en el año 1866, trece años después de iniciar su producción, debido en parte a la falta de capital, a los enormes pagos y recargos que la Contribución Pública les exigía en razón de la enorme superficie y otros conceptos que no se encontraban en relación alguna con los beneficios obtenidos; su carencia de infraestructuras de transporte, el tren La Robla-Valmaseda no se haría realidad hasta 1894, que les permitiera un abaratamiento en los costos, la crisis económica en la que se veía sumergida España en aquellos años y en la difícil competencia que supuso la introducción de acero procedente de Inglaterra. Una serie de factores concatenados que abocaron irremisiblemente a la desaparición de esta industria pionera, en la provincia y en el país.
   Debemos considerar ahora el tremendo impacto social que estas instalaciones trajeron consigo. A principios del siglo XIX, los pueblos que integran el valle de Sabero no se diferenciaban de cualquier otro pueblo de la montaña; practicantes de una economía de subsistencia basada en los productos ganaderos y agrícolas que las escasas tierras de labor les brindaban.
   A partir de este momento los habitantes compaginarán las labores agrícolas tradicionales, las de toda la vida, con otros oficios ligados al proceso industrial que les reportarán unos ingresos extra a sus pobres economías.
   Fue necesaria una gran cantidad de mano de obra, no solamente para las labores propias de la minería, sino también para la construcción de las enormes obras del complejo siderúrgico, donde se movieron miles de metros cúbicos de tierra para adaptar el terreno, y la posterior construcción del mismo; con los medios de la época necesitaron una ingente cantidad de personal, que siendo insuficiente con la existente en la comarca, hubo de conseguirse en provincias limítrofes. A estos deberemos sumar los ingenieros, de procedencia inglesa, francesa y belga, junto al personal técnico y la mano de obra especializada, que aquí no existía, de provincias tan alejadas como Navarra, el País Vasco o incluso Málaga, que alterarían en gran manera las costumbres y forma de vida del valle.
   Los pueblos más afectados por estos cambios serian Sabero y Sahelices, en cuyos terrenos se encontraban la mayor parte de las explotaciones de mineral, y donde se instalarían la ferrería y su complejo industrial anexo. Y fueron principalmente estos dos pueblos los encargados de dar acogida y hospedaje a los recién llegados, llamados "carrilanos".
   Las casas se convertirían en fondas y pensiones improvisadas, los productos ganaderos y agrícolas, hasta entonces de consumo casero, se venderían a los recién llegados, se crearían tiendas de alimentación y tabernas, los mismos animales de labranza serian puestos a disposición de las nuevas necesidades surgidas, como serian los diferentes acarreos de minerales y productos ya acabados. Es de suponer que existiría una cierta especulación que enriquecería a determinadas personas, pero la gran mayoría seguiría trabajando de sol a sol, más si cabe que antes, sin que por ello sus vidas mejoraran ostensiblemente, pues nos consta que los párrocos de las diferentes localidades afectadas, a la hora de administrar sacramentos o hacer funerales de operarios se ven obligados a hacer precios de gracia a las familias de los mismos, pues en aquellos momentos existía una gran carencia en materia de seguridad e higiene en los diferentes trabajos, a pesar de que los servicios básicos se veían cubiertos por un médico, un hospital y una botica.
   La nueva industria siderúrgica y minera había creado un nuevo estilo de vida en el valle de Sabero y sus aledaños, y ya nunca volvería a ser igual la vida en estos pueblos, pues al cierre prematuro de la ferrería comenzó la explotación del carbón, que con diversos vaivenes se mantuvo hasta 1991, cuando las instalaciones de la empresa "Hulleras de Sabero" cerraron sus instalaciones definitivamente.
   De la ferrería apenas nos han llegado restos pues nos consta que a fines del XIX sus instalaciones, adquiridas por empresarios vascos, fueron desmanteladas, para evitar que fuesen de nuevo puestas en explotación y compitieran con la incipiente industria siderúrgica que comenzaba a funcionar en Vizcaya, quedando en la actualidad los edificios de la nave de forja, la hoy llamada "Plaza Cerrada", restos de la estructura de uno de los altos hornos, la casona de oficinas y dirección y las casas de los obreros, los "cuarteles viejos", aun habitados en la actualidad.

La Plaza Cerrada


Los cuarteles viejos
   En la actualidad en la nave de forja de la ferrería se encuentra el Museo Regional de la Siderurgia y la Minería, inaugurado el 3 de julio de 2008 y que constituye uno de los principales atractivos turísticos del Valle de Sabero.

Muse Regional de la Siderurgia y la Minería