Muchas de estas plantas están incluidas en la ORDEN SCO/190/2004, de 28 de enero, por la que se establece la lista de plantas cuya venta al público queda prohibida o restringida por razón de su toxicidad, por lo que aconsejo que bajo ningún concepto probéis o preparéis cualquier tipo de infusión sin consultar con algún experto, ya que un simple error en la dosis puede convertir una planta medicinal en veneno.
Además, según Cicerón, la planta lleva el nombre de un tal "Aristolochos", que a partir de un sueño, había aprendido a utilizarla como un antídoto para las mordeduras de serpiente.
- Belladona (Atropa belladona):
Sus hojas, secas y trituradas, mezcladas con azafrán y alcanfor, constituían la base de un perfume mágico para ahuyentar las larvas del austral.
En tierras celtas y centroeuropeas, los sacerdotes tomaban una infusión de belladona para honrar e invocar a Bellona, la Diosa de la Guerra.
Se decía que el espíritu que habita dentro de la belladona sólo sale una noche al año. En la noche de Walpurias (noche del 30 de abril al 1 de mayo), cuando se prepara para celebrar el Sabbath con las brujas. Sin embargo, el verdadero valor mágico de la belladona estriba en que formó parte de la composición mágica del ungüento de las brujas, el electuario satánico. Las brujas se embadurnaban todo el cuerpo con este ungüento, que consistía en: etanol (3 g), extracto de belladona (15 g), extracto de beleño (15 g), extracto de estramonio (6 g), extracto de opio (50 g), extracto de cicuta (15g), extracto graso de cañamo (250 g), extractos de piel de sapos y escarabajos (5 g) y tragacanto. Este ungüento las provocaba un estado de sopor y alucinación tal, que las hacía creer ser capaces de volar o cualquier cosa que sus febriles fantasías fueran capaces de elucubrar.
- Abedul (Betula sp.):
El abedul cuyo nombre mágico es Beth "mundo", era considerado sagrado por los celtas, que representaba para éstos al Dios de los vivos y de los muertos.
Sirvió de templo a los antiguos druidas, que lo asociaban con el solsticio de primavera y era considerado como fuerza creadora y ahuyentadora de desgracias.
Los druidas consideraban el escalamiento de los troncos de los abedules como una vía de acceso a la iluminación. Subían a los abedules en cierta época del año, con cantos y ritmos especiales. En esta religión se creía que los árboles son la vía por la que baja a la tierra la energía celestial.
Se la atribuye la propiedad de evitar la caída de los rayos, para lo cual era necesario poner unas ramas de la planta en los puntos cardinales del lugar a proteger.
Asociada al planeta Mercurio.
- Correhuela mayor (Calystegia sepium):
Si se aplican sus hojas durante un momento sobre una herida amoratada y posteriormente se dejan sobre un lugar húmedo, la cura de la herida es prácticamente inmediata.
Una infusión de sus hojas, mezclada con vino, origina un licor que se considera un filtro de amor, que tiene la virtud de conservar la armonía y el amor entre una pareja de enamorados.
Su raíz evitan las dolencias de la vista, pudiendo llegar a curarlas.
Asociada a Júpiter y el Sol.
- Hiel de la tierra (Centaurium erythraea):
Según la leyenda, esta planta fue descubierta por el centauro Chirón. Tiene propiedades antidemoniacas y grandes virtudes mágicas siempre que se recoja siguiendo unas palabras de encantamiento.
En un antiguo grimorio atribuido a Alberto el Grande, se lee que si se echan las puntas de las hojas de esta planta en el aceite de una lámpara, junto con un poco de sangre de abubilla hembra, provoca alucinaciones a cuantos se hallan iluminados por dicha lámpara.
Si se echa un manojo de la planta al fuego y se contempla éste durante un momento, mirando luego al cielo, parece que las estrellas se mueven y se caen. Si se hace aspirar humo a una persona de una rama quemada, sentirá miedo.
- Celidonia mayor (Chelidonium majus):
La raíz de la celidonia mayor, colocada sobre la cabeza de un enfermo en estado febril, le hacía cantar si realmente se iba a morir, o le hacia llorar amargamente si iba a vivir.
Asociada con el Sol y Sagitario.
- Achicoria (Cichorium intybus):
Si el día de San Juan, antes del amanecer, se coloca uno de rodillas frente a esta planta y se levanta lentamente pronunciando la palabra sagrada TETRAGRÁMATON, se recolecta, se lleva a casa y se mantiene envuelta en telas blancas limpias, se obtiene un poderoso amuleto contra todas las trampas del mal y todos los hechizos. Esta protección afecta a todos los que viven en la casa donde esté la planta.
- Cicuta (Conium maculatum):
Es una planta extremadamente tóxica, siendo las semillas su parte más peligrosa; paraliza los nervios encargados de la respiración produciendo la muerte por sofocamiento, incluso se han dado casos de muerte de niños por usar sus tallos huecos como flautas.
La condena a muerte de Sócrates consistió en beber una copa del jugo de cicuta.
Formaba parte del famoso ungüento de las brujas, además de ser utilizada en muchas de sus pócimas.
Preparado con vino produce un sueño letárgico en las aves.
La condena a muerte de Sócrates consistió en beber una copa del jugo de cicuta.
Formaba parte del famoso ungüento de las brujas, además de ser utilizada en muchas de sus pócimas.
Preparado con vino produce un sueño letárgico en las aves.
- Ciprés (Cupressus sempervirens):
El ciprés es el símbolo de la muerte.
Con sus ramas se coronaba la frente de Plutón.
Su madera se empleaba en la elaboración de la mesa triangular que se empleaba en determinados trabajos de brujería, entre ellos varias maldiciones y conjuros.
También se empleaba esta madera para arrojarla al fuego junto con otras hierbas y drogas para invocar a los seres elementales.
- Estramonio (Datura stramonium):
El estramonio es otra de las plantas utilizadas en el ungüento de las brujas para sus ceremonias.
Además en la mayoría de las recetas medievales se repiten estas plantas con un alto contenido en alcaloides, junto con la adormidera y el cannabis.
- Higuera (Ficus carica):
Con las hojas de la higuera se coronaba a Saturno, y entre los romanos era un árbol sagrado.
Los griegos la dedicaron a Mercurio, los espartanos a Baco y en la India se consagraba a Vishnu.
Una rama de higuera era capaz de calmar la furia de los toros si era recolectada de una forma especial.
En la psicomancia era posible realizar adivinaciones con sus hojas; si se le escribía una pregunta en una hoja, era posible conocer su respuesta dependiendo del tiempo que la hoja tardaba en secar.
El fruto blanco pertenece a Júpiter y Venus, y el negro a Saturno.
- Fresa silvestre (Fragaria vesca):
Con las hojas de las fresas se elaboran unos cinturones que protegen de las mordeduras de las serpientes.
Está asociada a Júpiter y Piscis.
- Fresno (Fraxinus sp.):
El fresno es un árbol sagrado de la mitología Celta, al que se le atribuían poderes sobrenaturales, porque según los druidas nunca era herido por el rayo. Estas creencias perduran con los siglos en la memoria colectiva de los pueblos; por eso en algunos pueblos los campesinos que eran sorprendidos por una tormenta buscaban refugio bajo un fresno, pues creían que bajo este árbol el rayo no iba a caer.
Los viejos druidas construían sus varitas con madera de fresno. En otras zonas de la península se le atribuyen poderes para ahuyentar demonios y brujas. Se creía que al anochecer salían las brujas para hacer sortilegios contra el ganado y robar la leche de las vacas. Para contrarrestar sus actos, colocaban sobre las puertas de los establos ramas de fresno.
También se decía que el fresno era un excelente remedio contra el veneno de las serpientes, y tanto, que en todo lo que ocupa su sombra, jamás se veía animal venenoso; de esta vieja creencia deriva la antigua superstición de trazar un círculo con hojas de fresno para inmovilizar a las víboras.
- Beleño (Hyoscyamus niger):
El beleño es otra de las plantas que forman parte del famoso ungüento de las brujas.
El humo de sus semillas recogidas y quemadas en la hora de Saturno provoca risas y discusiones violentas. Las brujas se aprovechaban de esto para producir la locura y en ocasiones la muerte actuando en la distancia y con total impunidad.
- Hierba de San Juan (Hypericum perforatum):
En la Edad Media se quemaba en las casas donde se creía que había entrado el demonio, hasta tal punto que era conocida como Fuga daemonium o "espanta demonios".
Se dice que cura la depresión y que atrae el amor rápidamente.
En la cultura celta se decía que las hadas malas, los duendes y los magos de malas intenciones, no entrarían nunca a una casa cuyas ventanas estuvieran protegidas por esta planta.
Recogidas en la hora de Venus tiene una virtud muy notable: si durante el sueño de un niño o una niña vírgenes se coloca un ramo de estas flores bajo su almohada, tendrá sueños proféticos de tal garantía que podrán interpretarse literalmente.
- Laurel (Laurus nobilis):
La dafnomancia es el arte adivinatorio de conocer qué deparará el futuro mediante el laurel. Se podía realizar de dos formas. La primera era lanzar al fuego una rama seca y por el parpadeo del fuego, sus formas y el humo producido se hacían los presagios; eran inciertos cuando la rama se consumía sin hacer ningún ruido, pero si las chispas eran abundantes y producía una fina humareda se producían con certeza. La otra forma de predecir era mascando unas hojas de laurel en estado de concentración mental; tras un tiempo más o menos largo masticando, se obtenía la respuesta solicitada.
Existe la creencia de que se protege el hogar si durante la noche, con todas las puertas y ventanas de la casa cerradas, se quema un poco de laurel con sal y se deja que el humo se distribuya por la casa.
Existe la creencia de que se protege el hogar si durante la noche, con todas las puertas y ventanas de la casa cerradas, se quema un poco de laurel con sal y se deja que el humo se distribuya por la casa.
- Laurel real (Prunus laurocerasus):
El laurel real es una de las plantas que más se emplea en los trabajos de hechicería.
Uno de los muchos hechizos que se empleaban para perjudicar a una persona era el siguiente: se tomaba una sartén de pequeño tamaño y se cubría con aceite de oliva; en la hora de Saturno se recogían tres ramitas de laurel real y se colocaban sobre la superficie del aceite formando una cruz; posteriormente, con el corazón lleno de odio, se pronunciaba el maleficio y ya sólo quedaba esperar el resultado.
- Saúco (Sambucus nigra):
El saúco era un árbol sagrado para los druidas. Solían bendecir las uniones de las parejas bajo este árbol y era costumbre presentar a los recién nacidos ante el saúco, para que la Diosa Madre les considerase respetuosos con las criaturas del bosque y les otorgase sus bendiciones.
Árbol sagrado para los celtas, que plantaban junto a sus tumbas. Se creía que si florecía el árbol, el alma de la persona que se hallaba enterrada bajo él, se encontraría feliz en el otro lado; en la tierra de la juventud.
El vino que se hacía con las bayas del saúco, se consideraba como el último regalo sagrado de la Diosa Tierra, y no podía ser bebido por la gente común, sino solamente por los sacerdotes iniciados. Se decía que producía alucinaciones poderosísimas, por lo que podía utilizarse en las ceremonias arcanas destinadas a la profecía y a la adivinación. Se vertía también sobre los lugares sagrados, y las víctimas sacrificales lo bebían en los sacrificios para poder regenerar el cuerpo y el espíritu, una vez llegados hasta los dioses.
Del tejo, todo es veneno, a excepción del arilo rojo que cubre sus vistosas semillas y se cuenta que los antiguos celtas, tomaban estas semillas para envenenarse, antes que caer dominados por otro pueblo, la libertad para el celta era lo más importante que se podía poseer en la vida.
El tejo fue un árbol sagrado para ellos. Los druidas con sus ramas hacían bastones “mágicos” y con palillos de tejo adivinaban el futuro. La leyenda cuenta que las raíces de los tejos, llegan a bocas de los cadáveres, simbolizando la vida en la boca de la muerte.
El tejo también era el árbol sagrado de los astures, no realizaban un culto si no había un tejo cerca, y si no lo había, lo plantaban ellos mismos. Son varios los tejos que crecen junto a iglesias y cementerios en Asturias y a día de hoy se vuelven a plantar junto a las ermitas para mantener la costumbre ancestral.
Este árbol era el que procuraba la madera precisa para los arcos y cuenta la leyenda que el arco de Robín Hood era de este material. Hubo un tiempo, en el que los bosques de tejos tenían una enorme importancia estratégica. Tener muchos tejos, significaba que el suministro de armas en tiempos de guerra estaba garantizado.
Uno de los instrumentos de madera más antiguos que se conocen, es un hacha de tejo de 36,7 cm. de longitud hallada en 1911 en Clacton (Inglaterra), a la que le calculan unos 50.000 años de antigüedad.
- Verbena (Verbena officinalis):
También conocida como la "Hierba de los hechizos", "Hierba sagrada" o "Hierba de la gracia".
Las leyendas folclóricas la señalan a Verbena como la planta usada para cerrar las heridas de Jesús después de su crucifixión.
También otras leyendas señalan a la verbena como protector contra vampiros: se mezcla en una infusión, guardándola cerca de uno, y usando un extracto aceitoso para cada baño.
Los celtas la asociaban al muérdago y de ella se servían los druidas para predecir el futuro.
Los romanos la empleaban para hacer las aspersiones de agua lustral y purificar los altares al ir a hacer los sacrificios. En la guerra, los heraldos enviados al enemigo llevaban en señal de paz una rama de verbena. Los recién casados creían asegurar su felicidad yendo al altar con un ramo de esta planta oculto debajo de su manto. A fin de disipar o prevenir las enfermedades, conjurar los hechizos y librarse de los genios maléficos, colgaban los antiguos matas de verbena en sus camas y en las puertas de las casas.
Le dieron también gran importancia los magos y adivinos de la Edad Media que la empleaban en sus encantos haciéndola entrar en los filtros o elixires propios para avivar los fuegos de amor próximos a apagarse.
Los celtas lo conocían como Guythil, y los druidas lo cortaban de los robles (de otros árboles no valía) en majestuosas ceremonias: en la sexta noche lunar, un druida vestido de blanco y en ayunas se subía al árbol y cortaba el muérdago con una hoz de oro, que era recogido al caer en un lino blanco; después se sacrificaban dos toros blancos con un cuchillo ritual, de forma que su sangre penetrara en tierra bajo el árbol.
Además los celtas lo utilizaban en las festividades asociadas al final del año, el 13 de diciembre, y del solsticio de invierno. Día en el que debemos quemar el muérdago en la casa para dar suerte y salud a la familia.